Como las aguas todas van al mar, quisiera las voces de mis hermanos todas, campesinos, obreros, estudiantes, desocupados, niños y jovenes, viejos luchadores, gentes todas de todos los colores, de todas las edades, de todos rincones de esta nuestra tierra, del rincon más recondito de la selva, donde dominan las aguas, de la sagrada altura y sideral, de los valles generosos, y los aridos desiertos, de los llanos indómitos, de las diseminadas ciudades y pueblos, y sus suburbios hormigueantes, confluyeran en una sola voz para gritar sus ansias de libertad.
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