martes, 19 de junio de 2007

Mumia Abu-Jamal: 'Bolívar estaría orgulloso'


Mumia Abu Jamal es un hombre de origen afroamericano que desde muy joven se destacó como periodista en los barrios pobres de las minorías en Filadelfia. Fue miembro fundador del Partido Panteras Negras (Black Panther Party) en Pennsylvania y luego trabajó en la edición del periódico de la organización en Nueva York y California. En un juicio caracterizado por animosidad racial y política, así como por numerosas violaciones del debido proceso de ley, fue declarado culpable en 1982 de la muerte de un policía anglosajón en Filadelfia, ciudad notoria por el uso de la pena de muerte en contra de las minorías. El caso de Mumia ha estado en apelación desde entonces y ha sido objeto de múltiples campañas de solidaridad en Estados Unidos, Europa, América Latina y Africa. Dicha apelación y la solidaridad de hermanos en todo el mundo ha logrado frenar hasta el día de hoy su ejecucion.
A continuación reproducimos un fragmento del último reportaje que se le realizó.
por Rafael Rodríguez Cruz (Argenpress)
- Sé que te mantienes al tanto de los eventos políticos en América Latina. ¿Qué piensas sobre la no-renovación de la licencia de Radio Caracas Televisión de Venezuela (RCTV) por el gobierno de Venezuela?Bueno, como periodista y escritor, me preocupo por todo lo que pueda oler a censura, particularmente por el estado. Pero cuando leo libros como el de Tariq Ali, Piratas de El Caribe, veo claramente el papel de los medios de comunicación burgueses en el golpe de estado de abril de 2002 en contra de Chávez. Allá, uno de los principales conspiradores del golpe, el vice-admirante Víctor Ramírez, fue “al aire” durante las primeras horas de la acción para anunciar que el control de los medios era una de principales armas letales de los golpistas. El papel de los grandes medios ha sido el de ser instrumentos en contra de la democracia, el servir de armas en contra de la voluntad de la inmensa mayoría de los venezolanos, en contra de Chávez y como portavoces de las elites.
Entonces, de lo que estamos hablando en Venezuela es del uso de los grandes medios como instrumentos de la guerra de clase, como armas que sirven a las clases poderosas.
- ¿Crees entonces que urge hacer una revolución en contra de la manipulación de la información por los grandes medios? Yo pienso que es vital. Esto es particularmente cierto cuando miras el modo en la los grandes medios ayudaron a los intereses corporativos y del estado vendiéndole a la gente una guerra inventada.
Los movimientos progresistas tienen que crear alternativas a los grandes medios. Estos últimos no son sino empresas subsidiarias de las grandes corporaciones. Debido al control y a la propiedad por las grandes corporaciones, reflejan los intereses económicos, políticos y de clase de los poderosos. No pueden hacer otra cosa.
Pero si miras a los datos de la circulación y de las suscripciones de periódicos en Estados Unidos, verás que casi todos van en caída. La gente se está alejando de los grandes medios. Ya no confían en lo que éstos publican, dicen o transmiten. La revolución en contra de la manipulación de la información por los grandes medios, entonces, ya ha comenzado.
- ¿Cómo describes la relación entre esos medios y el gobierno de Estados Unidos? ¿Conspiran en contra de la gente? Bueno, lo que llamamos en este país mainstream media es un instrumento de los ricos, disfrazado de un servicio público para la persona común y corriente. Como dijera Marx, el Estado no es otra cosa que el ejecutivo al servicio de la clase dominante. Si eso es así, entonces, los grandes medios son un instrumento del ejecutivo. Esto se puede ver claramente en los preparativos que llevaron a la invasión de Irak, pero también es evidente en todo el ruido y bravuconeo que vemos ahora con Irán. En esencia, nada ha cambiado.
Salvo contadas excepciones, la llamada mainstream media traicionó a sus clientes y a la ciudadanía en general, al venderles una guerra por el más cínico de los motivos posibles: por miedo a perder televidentes y por no ser vistos como “suaves” con el terrorismo. Así, los presentadores de noticias, terminaron con la bandera norteamericana al hombro y poniendo música militar en sus programas para demostrar cuán “americanos” eran, mientras le vendían una guerra a un público carente de información.
- ¿Es la Internet la solución al problema? ¿Qué importancia tiene ésta para las organizaciones progresistas? La Internet tiene mucho potencial, pero también tiene sus limitaciones. En Estados Unidos y en todo el mundo hay millones de personas pobres que simplemente no pueden sufragar el acceso a ésta. Antes se hablaba de la división racial en Estados Unidos, ahora se habla también de la división digital.
Además, si bien ésta ha demostrado ser una herramienta poderosísima de comunicación, la Internet podría llegar a ser un obstáculo de alta tecnología a la comunicación. Puede desalentar la interacción y el diálogo directo entre las personas, sin que haya un sistema intermediario. Enviarle correos electrónicos a las personas, no es organizarlas. Enviar megabytes a una lista de miles de individuos no es organizarlos. No hay nada como la comunicación íntima -de persona a persona- para mover a la gente. Para mover a las personas, hay que estar entre ellas, trabajar con ellas y educarse con ellas. Las personas no son receptáculos pasivos; son por naturaleza entes que interaccionan.
- ¿Por qué no ha logrado la izquierda norteamericana convertirse en una alternativa para las masas? La izquierda en Estados Unidos sufre todavía las consecuencias del periodo de McCarthy, cuando la represión sembró un miedo terrible entre importantes sectores de la población del país. Como resultado directo, la izquierda estadounidense se encuentra terriblemente subdesarrollada y carece de poder social significativo.
De hecho, muchos que hoy se consideran de izquierda son realmente lo que yo llamo “imperialistas de izquierda”, pues han votado en el pasado por las guerras y buscan aumentar el tamaño y poder del estado burgués. Pero, ¿qué es el neoliberalismo sino el viejo imperialismo con una máscara nueva? El izquierdismo que existe en Estados Unidos es débil, inefectivo y profundamente nacionalista (aunque sea por razones supuestamente defensivas). Hay muchos periódicos de izquierda, digitales e impresos, pero tienen poco impacto.
- ¿Se contagiará alguna vez Estados Unidos de las corrientes progresistas que hoy arropan a América Latina? Es verdaderamente impresionante observar el crecimiento de movimientos sociales genuinos en América Latina. La influencia de estos movimientos sociales ha podido verse aquí en Estados Unidos en eventos como la marcha a favor de los trabajadores indocumentados hace par de años en varias ciudades. El número de personas que participaron en esas marchas no tenía precedente.
Los hispanos son el grupo étnico de más rápido crecimiento en Estados Unidos. Dado que son un grupo muy diverso -es decir, hay mexicanos, salvadoreños, guatemaltecos y otros- traen consigo hacia el norte un caudal de experiencias de lucha.
América Latina va a tener un impacto poderoso no sólo en los grupos progresistas de Estados Unidos, sino en la sociedad norteamericana en su conjunto. Bolívar, pienso yo, estaría muy orgulloso.